viernes, 25 de julio de 2014

FUNCIONES DEL JUEGO

                                                         FUNCIONES DEL JUEGO
Entendemos por funciones del juego aquellos ejercicios o acciones vitales que el mismo promueve "per se" en el transcurso de su desarrollo. En esta oportunidad, tomaremos sólo aquellos que aparecen como más significativas o posiblemente nucleadoras de otras.

a.) FORMA PARTE DE LA NATURALEZA INTRÍNSECA DEL JUEGO, LA SENSACIÓN CONTINUA DE EXPLORACIÓN Y DESCUBRIMIENTO.
Consecuentemente, esta sensación produce cambios significativos que son real y profundamente vividos como propios.
Los descubrimientos son efectuados a partir, tanto de los estímulos externos del mundo que rodea al que juega, como también de sus propias aptitudes y tendencias.
En este sentido, el juego se presenta como un "banco permanente de prueba" para niños, jóvenes y adultos. Como un tender continuo hacia la resolución de la situación problemática. Como un desafío permanente a sacar "la cubierta" de aquello que aparentemente aparece cubierto.


b.) EL JUEGO ES UN FACTOR DE PERMANENTE ACTIVACIÓN Y ESTRUCTURACIÓN DE LAS RELACIONES HUMANAS.
Diversos autores coinciden en que el individuo logra las relaciones más saludables en campos lúdicos. A propósito, es común escuchar frases como éstas: "lo conocí en la cancha, era otra persona" o "se hicieron amigos jugando en la plaza" o "me lo confesó en el recreo" o "esta vez tengo que cumplir porque es una deuda de juego".
En medio de climas con altos márgenes de libertad como es el juego, las personas se conectan mucho más allá de los prejuicios, los estereotipos u otro tipo de ataduras sociales. Allí se preparan para los enfrentamientos sociales, las frustraciones, los miedos y el amor, elementos todos esenciales en la búsqueda de la propia identidad.


c.) EL JUEGO ES FACTOR DE ACCIÓN CONTINUADA SOBRE EL EQUILIBRIO PSICOSOMÁTICO.
Esta actividad se presenta en forma natural, con un circuito autorregulable de tensiones y relajaciones. Dicho circuito permite recuperar el equilibrio perdido. Quien está tenso, logrará relajarse y quien esté demasiado relajado, logrará activarse. Es común oír a las madres decirse una a otra, refiriéndose a los niños: "dale permiso para ir a jugar, si no quien le aguanta el mal humor" o "dejalo ir a jugar, a ver si se aviva un poco".
El juego es autorregulador, un equilibrante de las tensiones y/o presiones que sufre el individuo frente al medio.
Muchos autores hablan del valor plurifuncional del juego, entendiendo que produce esta acción equilibrante de manera simultánea en el cuerpo, la mente y las relaciones sociales.



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