sábado, 18 de marzo de 2006

CHATURANGA: otra historia




Hace tiempo intenté hacer realidad la leyenda del chaturanga, el juego que originó nuestro ajedrez: un tablero, piezas distribuídas en cuatro colores, una disposición inicial, dos equipos de dos jugadores y un nuevo desafío.
El juego recorrió aulas y los chicos lo recibieron con entusiasmo. El juego recorrió congresos y recibió premios provinciales y nacionales. Pasó por el Encuentro Internacional de Junín, el Festival Infantil de Necochea, el Festival Juvenil de Macabi y el Torneo Nacional de Obras Sanitarias, siempre con el mismo efecto, atraía la curiosidad primero y la admiración después.
Lo más curioso ocurrió el año pasado en el Mundial de Ajedrez de San Luis, hasta alli fue mi amiga, la artesana María Eugenia Marioni, con varios ejemplares construídos en porcelana fría y... luego de verlos, dos juegos fueron adquiridos por Vesselin TOPALOV, Campeón Mundial de Ajedrez, y su coach; nada más: mi orgullo está colmado.

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