miércoles, 21 de marzo de 2007

SOBRE EL AJEDREZ


"El ajedrez, con toda su profundidad filosófica, es ante todo un juego en el que se ponen de manifiesto la imaginación, el carácter y la voluntad" (GMI Boris Spasski, Campeón Mundial de Ajedrez).

"El ajedrez es algo más que un juego; es una diversión intelectual que tiene algo de Arte y mucho de Ciencia" (GMI José Raúl Capablanca, Campeón Mundial de Ajedrez).

Se dice que el ajedrez tiene algo de arte porque cada partida es diferente, hay que usar la creatividad para desarrollar nuevas estrategias y elegir, de entre varias opciones de juego, las mejores. Y también posee mucho de ciencia porque combina la exactitud matemática con la intuición, ya que deben anticiparse las posibles jugadas del contrincante.

En ese orden, este juego originario de la India permite desarrollar una cantidad de hábitos intelectuales como, por ejemplo, analizar situaciones, calcular jugadas, ejercitar la memoria y evaluar las consecuencias de nuestras acciones. El niño que juega adquiere la capacidad de llevar a cabo estos procesos con más naturalidad.

El ajedrez, a través de las partidas, genera una actitud positiva frente a la resolución de conflictos. A diferencia de un problema matemático, que permanece estático, el problema ajedrecístico es dinámico y se renueva cada vez que se mueve una pieza. El niño que se entusiasma con este juego va adquiriendo una actitud positiva hacia la resolución de situaciones problemáticas.

"Los grandes jugadores empezaron de chicos; todos fueron niños prodigios. El ajedrez requiere mucha práctica y exige tener la voluntad para estudiar", asegura HECTOR DECIO ROSSETTO, seis veces campeón argentino y medalla dorada en las Olimpíadas de 1952, en Helsinski. El mismo aprendió los movimientos a los 4 años, mientras observaba a su padre jugar en los cafés de Bahia Blanca. "Pero no sólo se trata de formar campeones. Quizás de mil chicos hay uno o dos que tienen condiciones; pero el ajedrez los ayuda a razonar y, a la vez, es una forma de sacarlos de la calle".

Este juego puede contribuir a revertir un serio problema que padecen las escuelas en la actualidad: la violencia escolar. Psicólogos que estudian este tema sostienen que el instinto agresivo puede canalizarse a través de la hostilidad virtual que tiene el juego.

Fragmentos de "En blanco y negro", publicado por la revista Daimler Chrysler Argentina (9/2006)
En la foto el GM Héctor Rossetto jugando en Cuba.

viernes, 16 de marzo de 2007

"EL JUGADOR DEBE SER UN EXPLORADOR" I




Es conocido que quien logra el éxito conoce mejor su tarea.


El ajedrecista que desee llegar muy alto, debe investigar el ajedrez, investigar las herencias de los maestros del pasado y de sus contemporáneos.


Mirar las partidas suyas y de los demás. Debe mirar no sólo las partidas de sus rivales, sino conocerse mejor a sí mismo, su propio carácter. También debe fortalecer constantemente su sistema de nervios, mejorar su resistencia psicológica y estar en buena forma física. Antes de cualquier competición es necesario un entrenamiento y descanso. Además de eso, debe hacer un entrenamiento especial, por ejemplo enfocado a no sobrepasar el límite de tiempo, etc, etc... Todo eso es bien conocido, sin embargo esas exigencias se cumplen muy pocas veces en los propios deportistas, los entrenadores y los organizadores.


Ni siquiera el cumplimiento de todos esos elementos puede garantizar el crecimiento de la fuerza de un jugador. Lo principal es encontrar tu propio método de trabajo para perfeccionarse y utilizarlo en la práctica.


Ningún método, por muy bueno que sea, puede por sí mismo asegurar el éxito si no coincide con la buena forma del propio jugador.


Sólo un trabajo analítico no es suficiente para tener grandes éxitos, es necesario el talento ajedrecístico y carácter deportivo. Es necesario tener una buena salud y un resistente sistema de nervios. El trabajo analítico no puede sustituir la ausencia de talento, pero es absolutamente imprescindible para lograr grandes y estables éxitos.


Fragmentos de una nota publicada por la "revista 64" (1972)y reeditada


por la revista de ajedrez integral "gambito" (2001)

"EL JUGADOR DEBE SER UN EXPLORADOR" II




...(en mi método de preparación teórica) Lo más importante era el vínculo entre la fase de apertura y el comienzo del medio juego.


Los vínculos del juego con la apertura normalmente son sólo formales, porque su principal misión es elaborar un plan concreto para el medio juego.


Lo más difícil durante la creación de estos sistemas de apertura-medio juego es la correcta organización del proceso de trabajo. Hay que comprender en qué apertura y en qué dirección trabajar. Hay que "captar" la idea y elaborarla, lo que requiere mucho talento del explorador en cuestión y bastante tiempo libre.


Cuando un jugador tiene su propia teoría de aperturas, que aún no conoce nadie, sólo se puede percibir y tener algunas ideas generales en base a los análisis que hace el propio ajedrecista.


La mejor edad para los resultados altos es entre los 20 y 30 años. Después de los treinta la mente del ajedrecista funciona peor, sus virtudes, su cálculo bajan, no tanto en calidad como en velocidad, y empiezan a aparecer los fallos.


Es también muy importante cómo se desarrolla un jugador desde el principio. Si desde el principio no le importan los principios creativos y nadie le explica la importancia de eso, entonces tampoco él se va a convertir en un explorador a una edad madura.


La elaboración de los hábitos análiticos, el desarrollo de las inclinaciones de un investigador de ajedrez depende del concepto del propio ajedrecista, de sus fines. La labor investigadora, como toda la actividad creativa, tiene sus aspectos creativos y de binestar. Si el trabajo que hacemos nos gusta se puede hablar de un trabajo de carácter creativo.


Fragmentos de un Seminario realizado por el Campeón Mundial de Ajedrez


Mijail Botvinnik, para los entrenadores de ajedrez de la Unión Soviética (1972).

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