sábado, 14 de junio de 2008

AJEDREZ - EL JUEGO DE LA VIDA Y DE LA MUERTE (2)



DEVOCIONAL, INICIATICO


Es un juego de iniciación, para tratar la realidad, para entender que en un instante el más pobre se convierte en el más rico, o el más rico en el más pobre, para comprender que en cierto momento hay que sacrificar piezas, porque la propia riqueza de una posición te bloquea y te hace perder la partida. En este sentido te hace ir más allá de la mirada, y tiene posibilidades enormes, siempre y cuando conectes con el Gran Maestro que nos mueve a todos, porque al final, como decía Borges, nosotros movemos las piezas, pero nosotros somos también movidos, y en este sentido es un acto de devoción. Es devocional, iniciático.

El ajedrez se ha envilecido, como todos los juegos antiguos iniciáticos, porque se juega en forma de deporte competitivo, para ganar dólares, buscando el resultado. La profanación del templo es muy evidente, y no sólo no queda iniciado el jugador, sino que puede quedar enloquecido. De ahí procede el mito famoso de "el loco del ajedrez", que es como un autómata, una máquina que se dedica a mover las piezas a través de una información exhaustiva, y al que lo único que le interesa es ganar como sea. Está desconectado de la Armonía Universal, y no entiende la naturaleza sagrada del juego. Esto es el peligro, porque el ajedrez es algo sagrado, y hay que acercarse a él de una forma devocional.


En las fotos, Diego Sumic en la Feria de Mataderos frente a 18 aficionados y partidas del ajedrez escolar.

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