martes, 29 de mayo de 2007

LAS REGLAS DE JUEGO







  1. En cada juego rige una legalidad propia distinta a la del mundo de afuera: las reglas. No hay juego sin reglas. El más simple, como el que se improvisa solitariamente con las baldosas de la vereda mientras caminamos sin apuro, y que consiste en no pisar las líneas entre baldosas, o pisar las rojas y saltear las blancas, ya denuncia la presencia de una ley al menos: pierdo si piso la raya, o las baldosas blancas. Es equivocada la calificación "juego sin reglas" que hace el psicoanalista Winnicott del juego entre el terapeuta y su pequeña paciente descripto en "Playing and reality". Si en el garabato sobre el papel la niña tiene que "ver" una escena y retocarla, la regla es clara y consiste en aceptar el garabato y corregirlo hasta delinear una figura reconocible. La paciente puede negarse a jugar, pero si acepta el desafío, debe someterse a la regla del juego. Porque la regla es el juego.


  2. No hay juego sin reglas. Hasta los jugueteos explorativos con hilos o alambres o con un pedazo de masilla responden a reglas. En estos casos el juego comienza cuando acatamos los límites y las posibilidades de la materia con la que se juega. Esos límites son las reglas del juego.


  3. Pero también jugar es fundar un orden y, una vez fundado, someterse voluntariamente y con placer a él. En el caso de las tradicionales y de los que incluyen expresamente un reglamento, el juego no se produce, ni siquiera arranca, si los jugadores no se comprometen tácitamente a respetar sus reglas.


  4. Por supuesto que cuando alguien piensa en juego lo asocia inmediatamente con libertad, alegría, espontaneidad, soltura, entusiasmo, pero no con reglas. En mis cursos suelo empezar con este ejercicio: pido a mis alumnos que me dicten las palabras que espontáneamente asocian con el juego y las voy anotando en la pizarra. Es muy difícil que alguien nombre "regla", "orden", "esfuerzo", "tensión", "atención". Porque relacionan estas palabras con la disciplina de las horas de estudio y de trabajo, y no con el juego. Sin embargo los juegos transcurren en ciclos de tensión y relajación. Y el buen jugador es quien se esfuerza y pone sus cinco sentidos en la actividad lúdica, no olvida las reglas y sabe que, mientras juega, forma parte de un orden. También sabe que el juego consiste en modificar ese orden para transformarlo en otro, y que cada movimiento dentro del juego apuntará hacia ese "otro" orden que él ( o su equipo ) quiere imponer.


  5. El orden asegura la libertad del jugador. La relación entre orden y libertad es clara en todos los juegos.


  6. Los juegos se parecen a las utopías y a los paraísos. Juegos, paraísos y utopías son mundos cerrados, microcosmos. Los tres pertenecen a la familia de creaciones virtuales: productos de la imaginación y la inventiva, no tienen falla, son ámbitos a los que se puede entrar y salir (los juegos), de los que se fue arrojado hace mucho tiempo (paraíso) o a los que se quiere llegar (utopía). Si la nostalgia y el deseo atormentan a los hombres cuando piensan en paraísos y utopías, el jugador en cambio es quien actualiza el reino y se mete adentro. Si utopías y paraísos son maravillas lejanas y ajenas (inaccesibles), el jugador tiene el poder de moverse dentro del juego y transformar el orden de partida en su paraíso personal.


  7. El jugador siempre juega con presencias. El juego es pura apariencia. Se juega con lo que aparece. Lo que aparece es lo que parece: pura presencia. En el juego lo invisible se hace visible y lo del otro lado (el más allá, la muerte, fantasmas, ángeles y demonios) se integra a la dimensión plana del juego. "En la rayuela --define Julio Cortázar-- el cielo está en el mismo plano que la Tierra en la acera roñosa de mi infancia".


  8. Graciela Scheines, "JUEGOS INOCENTES, JUEGOS TERRIBLES" (1998) Eudeba




En las fotografías, primero, alumnos de la Ciudad de Buenos Aires jugando al ajedrez en el Torneo Escolar, realizado el 26 de mayo, en la Escuela Nº 16 - D.E. 5º del Barrio porteño de Nueva Pompeya y segundo, chicos y grandes en el Campeonato criollo de Sapo, en la Feria de Mataderos, el pasado 25 de Mayo.

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