sábado, 19 de mayo de 2007

HISTORIA DEL PENSAMIENTO LÚDICO (I)



"Es una enorme, inmensa partida de ajedrez que se está jugando sobre el mundo entero..."

Lewis Carroll, "A través del espejo"

INTRODUCCION

El juego no es una actividad como cualquier otra. Es tan mágica como un ritual, ata y desata energías, oculta y revela identidades, teje una trama misteriosa donde entes y fragmentos de entes, hilachas de universos contiguos y distantes, el pasado y el futuro, cosas muertas y otras aún no nacidas se entrelazan armónicamente en un bello y terrible dibujo. Jugar es abrir la puerta prohibida, pasar al otro lado del espejo. Adentro, el sentido común, el buen sentido, la vida "real", no funcionan. La identidad se quiebra, aparece en fragmentos reiterados de uno mismo. La subjetividad (acostumbrada a estar sujeta, sumergida y subyugada) se expande y se multiplica como conejos saliendo uno tras otro de una galera infinita.

Jugando se adquiere una conciencia distinta de sí mismo: como no terminada ni unívoca. La existencia deja de ser derrotero. Si el derrotero es la dirección que se da por escrito para un viaje marítimo, y también el libro en que están apuntados estos caminos o derrotas, el que juega intuye que la vida es otra cosa y se interna en ella como en un jardín de senderos que se bifurcan. El jugador se instala en la pura apariencia del mundo, que es donde el misterio comienza.


Las fotos corresponden a las Simultáneas de Ajedrez que se jugaron, el jueves 17 de mayo, en la Plaza de Mayo. Alli aparecen alumnos de 6º "A" de la Escuela Nº 5 - D.E. 21º de la Ciudad de Buenos Aires.

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