DOMINO: un poco de historia.
El dominó fue inventado por los chinos hace, por lo menos, trescientos años. Antiguo elemento de adivinación, es actualmente un entretenimiento y un motivo de apuestas a través de toda China y Corea.
El dominó entró en Europa a través de Italia a mediados del siglo XVIII, y se especula que llegó allí desde China. A finales de ese siglo apareció en Inglaterra, donde fue calificado de "juego muy infantil" por Joseph Strutt en su libro clásico "Deportes y pasatiempos", publicado en 1801. "El dominó -escribió- no tiene mayor interés que el de ponerlo en conocimiento de las personas mayores de este país". Su juicio paternalista fue olímpicamente ignorado por el público que lo adoptó con entusiasmo y sigue disfrutando con él desde entonces.
La facilidad de obtención de juegos baratos, hechos de madera teñida de negro (y últimamente de plástico), ha popularizado este juego que se sigue practicando regularmente en los cafés de Europa y Latinoamérica.
DOMINO SIN FIN
Esta variante del dominó fue otro de los juegos presentados en Lobería 2007. Hay varias novedades para destacar:
-- cada cara de las fichas contiene un boleto de subte de la Ciudad de Buenos Aires;
-- los motivos o temas de estos boletos son publicidades de películas de Disney;
-- cada nueva película suma otro boleto al dominó, razón por la cual siempre sigue creciendo;
-- actualmente los motivos son 18, o sea que tiene cientos de fichas;
-- el objetivo del juego es puramente cooperativo, ya que todos los chicos participantes se reparten las fichas y tratan de colocarlas todas en un largo laberinto multicolor;
-- nadie compite, todos se ayudan para lograr el objetivo.
Aparte de la diversión, quedó bien marcada la idea de que los chicos pueden construir sus propios juegos.
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