sábado, 2 de diciembre de 2006

"EL FORASTERO"


"Gerardo Alvarez, entró en la confitería de Ajedrez. Con voz firme saludó a los presentes, echando una mirada escudriñadora a los mismos, de la misma manera que lo hacía desde cuando tenía veintipico de años.
Era el mejor, él lo sabía y se lo hacía saber, chicanas de por medio, a los presentes.
Con una mano sosteniendo un habano, con la otra moviendo piezas y tocando el reloj a todo trapo, conduciendo la partida de 5' con tal calidad que parecía en realidad que tuviera la longitud de 1 hora.
Era increíble verlo jugar a ese ritmo feroz, con un movimiento de sus manos, un continuo canturrear pegajoso, con el evidente fin de amedrentar a sus rivales, minarles toda voluntad de seguir en la ronda y evidentemente restarles concentración.
Hasta que apareció EL... Si no fuera porque es una ciudad, en la cual conviven todo tipo de gente, hubiera dicho que ese muchacho era un forastero.
Un día, diría yo, hasta cierto punto, producto de la casualidad, Gerardo no tenía rivales. Había ganado nueve partidas al hilo, y gastado tanto a sus contricantes como hacia tiempo que no lo hacía. Nadie se animaba a sentarse en la silla vacía, hasta que el estúpido, con una vocecita que apenas se escuchaba, preguntó si no podía sentarse. Y ...ahí empezó la verdadera función.
Yo no sé si por una conducta imitativa o de qué tipo, empezó a retrucarle jugada por jugada, y gaste por gaste a nuestro anfitrión Gerardo, con una soltura total, que hizo que volcáramos nuestras simpatías y fervor a favor de ese extraño, y que terminó con el achicamiento de nuestro Gerardo, y con su derrota absoluta de seis partidas seguidas."
Fragmento del cuento homónimo, que pertenece al libro "Rosal Sangrante" de Jorge Alejandro Lazaroff

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Entradas populares