HOMO LUDENS
Es cierto que se ha escrito sobre el juego desde tiempos remotos, pero hasta bien entrado el siglo XX no se trataba más que de referencias aisladas o notas al margen. Desde Heráclito, que en el fragmento 52 se refiere a Dios como un niño que juega, Platón, Aristóteles, Erasmo, Shakespeare, Calderon, Racine, Schiller, entre otros, se aproximaron al tema en forma lúdica.
Tal vez porque es cosa de niños. O por su carácter diabólico en la óptica de la moral cristiana, que pone la virtud en el trabajo y el esfuerzo y en el valor redentor del sufrimiento. Lo cierto es que tuvieron que pasar muchos años para que el juego fuera objeto de un pensamiento responsable y sistemático.
Hacia fines del siglo XIX hubo algunos intentos de desentrañarlo, como los libros de Karl Groos, "Los juegos de los animales" (1896) y "Los juegos de los hombres" (1899). Entonces estaban de moda las teorías naturalistas y Groos explica el juego como energía biológica sobrante. En el segundo de los libros el autor se demora en la relación entre la actividad lúdica y artística, poniendo el acento en el arte, por supuesto.
Recién en 1938 en Leyden (Holanda) apareció la primera obra específica sobre el tema: "Homo ludens" de Johan Huizinga, más de trescientas páginas con datos históricos, citas e información antropológica. También en esos años un biólogo francés, Gustav Bally, estudiaba la conducta juguetona de los animales y dejó por escrito sus conclusiones en un excelente librito: "El juego como expresión de libertad" (1945), donde al final intenta una interpretación de su época proyectando los conceptos del juego a los distintos tipos humanos. Al mismo tiempo, John Von Neuman y Oskar Morgenstern hicieron las delicias de matemáticos y prospectivistas económicos con "La teoría de los juegos y el comportamiento económico" (1944), que abrió un nuevo camino de investigación: el de los juegos estratégicos o "ciencia de los conflictos", de aplicación en las ciencias políticas, matemáticas, psicológicas, marketing, finanzas y guerra.
En 1958 apareció "Teoría de los juegos" del francés Roger Caillois, libro breve y ordenado que señala desajustes y aclara conceptos. En la década del sesenta se editó "El juego como símbolo del Mundo", una cosmogonía lúdica extraña y sugestiva que fue tesis doctoral del alemán E. Fink, y en 1971, D.W. Winnicott publicó "Realidad y juego", otro clásico para psicólogos y psicoanalistas.
Las fotos corresponden a las Simultáneas de Ajedrez que se jugaron, el jueves 17 de mayo, en la Plaza de Mayo. Alli aparecen alumnos de 6º "A" de la Escuela Nº 5 - D.E. 21º de la Ciudad de Buenos Aires y el pequeño ajedrecista Darío Piñeiro, del Club de Ajedrez "Torre Blanca".
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